Vocacion

Navidad… ¿sin Festejado?

Hace unos años hice este video:

De forma graciosa, este video puede ayudarte a centrar la Navidad en el auténtico festejado: JESUCRISTO

Su Encarnación es la muestra más grande de amor de Dios al hombre. Pero lo que realmente me conmueve es la relación que quiere comenzar con nosotros. La vemos en María ¿qué quiere dejarnos claro al compartirlo todo con Ella? ¿qué quiere dejarnos claro al descansar en una relación de intimidad absoluta con Ella? ¿qué tipo de relación quiere tener conmigo?

La Navidad en su sencillez pero también en toda su potencia, hace que todas las ideas erróneas de Dios se desvanezcan: ni lejano, ni injusto, ni duro, ni indiferente… el Dios que festejamos en Navidad rompe nuestros estrechos conceptos y se presenta llenándolo todo de ternura y cercanía. Nada puede ser igual desde entonces.

Contemplar un Belén tiene sentido entonces cuando el Niño-Dios brilla como centro de todo. Esto es la Navidad: la imitación de María, de José, de los pastores y los Magos. Todo empuja al asombro ante el amor de Dios comprometido en la ternura y cercanía infinita con nosotros.

Y esto celebramos: que viene y que le queremos acoger. Ni comilonas, ni ajetreos ni agobios ni risotadas. Dios que quiere sentir mi aliento, tocar su piel con la mía, quedarse a vivir conmigo, acompañarme para siempre: servirme y salvarme. Un discurso no hecho en tinta sino en carne y hueso.

Desde el día de Navidad se puede tocar el amor, se puede pesar, al tener el niño en brazos: pesa todo el universo y aún más. Se puede mirar, tocar, escuchar… y al encender la luz de la fe, cualquier gesto y cualquier postura son arrebatadoramente elocuentes: la voz del festejado, la mirada del festejado, nos hablan aún más que cualquier discurso y penetran partiendo la historia en dos. Desde aquí y desde esa noche inicia todo el cristianismo. Desde los brazos de María, desde el pesebre, envuelto en pañales. Y sin eso, no hay nada ¡Festejemos al Festejado!

___

PUBLICACIONES RELACIONADAS

Scroll al inicio