Vocacion

Ser sacerdote Legionario de Cristo

¿Cómo ser sacerdote Legionario de Cristo en España? 

1) Vocación sacerdotal en una congregación religiosa

La vocación a la Legión de Cristo es una llamada de Dios. Es Cristo mismo quien elige a algunos hombres (como hizo con los apóstoles) y quiere invitarles a una relación de amistad íntima con Él. Es esa amistad personal la que les lleva a vivir como Él y compartir su misión: la salvación del mundo y la redención de cada persona.

2) ¿Por qué motivos ser religioso sacerdote legionario de Cristo?

Sólo como respuesta a la llamada de Cristo si te invita a dejarlo todo por Él, entregar tu vida sin límites y estar disponible para llevar el amor de Dios a los más alejados. Te acercas a  la Legión movido por un amor grande y sincero a Jesucristo, y decidido a responderle con un “sí” valiente y total, dejarlo todo, y formar parte de una congregación religiosa donde se vive el sacerdocio de forma militante, generosa y disponible ante las necesidades de la Iglesia, para siempre.

3) ¿Cómo sabe un joven si Cristo le llama al sacerdocio en los Legionarios de Cristo?

Es necesario seguir un proceso de discernimiento vocacional. En este período se incrementa la oración, la escucha de Dios y la vida sacramental. Conviene aumentar el tiempo dedicado al apostolado, al servicio de los demás y la finura en el seguimiento de la voluntad de Dios en el día a día. Este proceso se confronta con la ayuda de un director espiritual preparado para ayudarte a discernir objetivamente los signos de verdadera vocación.

Si experimentas la inquietud por seguir a Cristo en la Legión, conviene que “Vengas y veas” como sugiere Cristo a sus primeros apóstoles. Puedes participar en algunas convivencias para conocer mejor la vida en la Legión, así como hacer algún retiro en el noviciado, participar en ejercicios espirituales o recorrer el camino de Santiago en compañía de los novicios legionarios. Finalmente, si crees que Dios puede estar llamándote a la entrega total en la Legión, puedes participar en el curso vocacional de verano o candidatado, donde se discierne seriamente sobre el ingreso a la Legión.

4) ¿Noviciado o  seminario diocesano?

Depende de lo que Dios pone en tu alma y de a qué te está llamando. Las invitaciones de Dios son específicas a vocaciones concretas: una persona puede ser sacerdote, pero su vocación es diversa, según se trate de un cartujo, un legionario de Cristo o un sacerdote diocesano.

Los sacerdotes diocesanos dependen directamente de su obispo, a quien prometen obediencia, y se dedican a las tareas pastorales que el obispo les confía dentro de la diócesis.

Los legionarios son sacerdotes religiosos, es decir, forman parte de una congregación religiosa. Como todos los religiosos en la Iglesia, se consagran a Dios por la profesión de los consejos evangélicos: los votos de pobreza, castidad y obediencia. Los legionarios viven en comunidad y rigen su vida por las Constituciones de la Legión, aprobadas por la Santa Sede.

Por ser una congregación religiosa de derecho pontificio, y de acuerdo a sus Constituciones, su apostolado está llamado a extenderse, en bien de la Iglesia, a todos los países del mundo.

5) ¿Qué etapas hay en los Legionarios de Cristo antes del sacerdocio?

El candidatado consiste en tres meses de introducción, discernimiento y transición hacia el nuevo estilo de vida. Una vez que el candidato ha solicitado su admisión, realiza el noviciado por dos años al final del cual se emite la primera profesión religiosa.

Las demás etapas de la formación pueden variar ligeramente según la edad, la preparación previa y los intereses, dotes y necesidades personales de cada legionario. Normalmente, después del noviciado, el legionario pasa por uno o dos años de estudio de las humanidades clásicas, cultura general, música y lenguas modernas, y después emprende el estudio de la filosofía.

Concluido el segundo año de filosofía los religiosos en formación dedican unos tres años a prácticas apostólicas, interrumpiendo los estudios. Así, a la vez que se ejercitan en el trabajo apostólico, se enriquecen con el contacto y conocimiento directo de la realidad en que viven los hombres. Regresan después a un centro de estudios superiores de la Legión donde concluyen los estudios filosóficos y realizan los de teología. Después de 10-14 años de formación reciben la ordenación sacerdotal.

6) ¿Por qué los legionarios de Cristo estudian y se preparan durante tanto tiempo antes de su ordenación sacerdotal?

La misión de la Legión exige que el hombre que Dios ha escogido para el sacerdocio se forme en todos los aspectos espirituales, humanos, intelectuales y apostólicos. La Legión ayuda a cada uno durante su formación y su maduración para que llegue a ser un sacerdote según el corazón de Dios.

7) ¿Cuál es la relación de un legionario con su propia familia?

Los legionarios aman a los suyos, y mucho. Se escriben, se envían mensajes de correo electrónico, se hablan por teléfono, si es posible se visitan, se ayudan a ser fieles al plan de Dios para cada uno, se encomiendan en sus oraciones… Esto no quita que la llamada de Dios y la vocación a la vida religiosa implican un desprendimiento de la propia familia, una exigencia seria en la formación y en el ministerio pastoral y también una cierta separación geográfica que puede ser dolorosa, sobre todo al inicio.

Esto no ha cambiado desde que Jesús llamó a los apóstoles pero junto con el sacrificio, que Dios pide, también da las gracias necesarias y siempre bendice la generosidad. No son pocas las familias que experimentan a su hijo o a su hermano sacerdote particularmente cercano y como un gran regalo de Dios.

8) ¿Qué medios pueden poner los padres de familia para cultivar la posible semilla de una vocación sacerdotal o consagrada entre sus hijos?

La vocación, al ser un llamado de Dios, no es algo que se suscita “desde casa”, mucho menos algo que pueden imponer los padres ni tampoco frenar.

Pero el llamado de Dios a un alma, como es eterno, es una semilla ya sembrada por Él y oculta en el corazón de los hijos que algún día –más pronto o más tarde- se descubrirán invitados por Dios a esta misión. ¿Qué pueden hacer los padres de familia cristianos para cuidar y facilitar que algún día germine la semilla de una posible vocación en su casa?

Simplemente vivir un hogar auténticamente cristiano. Enseñar a rezar a sus hijos. Educarlos en la fe y en el amor a Dios,  y vivir en familia la práctica sacramental, especialmente la misa dominical y la confesión frecuente. Dar testimonio de amor en el matrimonio, en la familia. Formar a los hijos en la virtud de la caridad y la generosidad hacia el prójimo, con la palabra y el ejemplo, haciéndolos capaces de entregarse a los demás. Enseñar a sus hijos a vivir con convicción la moral cristiana, de modo que mantengan abierta su conciencia a la voz de Dios, y experimenten en su vida que no hay verdadera felicidad fuera del querer de Dios.

Y encomendar, con generosidad y confianza, a la Santísima Virgen el futuro de cada uno de sus hijos. Si algún día un hijo o una hija llega por fin a decirles: “Quiero consagrar mi vida a Dios”, tocará a los papás apoyar y alentar el sí generoso que sus hijos han dado a Dios.

9) ¿Puede optar libremente por el sacerdocio o por otro camino un niño o adolescente que estudia en un centro vocacional de los Legionarios de Cristo?

Hay que dejar todos los espacios posibles para que la elección se realice como Dios quiere, es decir, en un ámbito de completa libertad. Pero esta libertad, para que sea tal, implica también que la gracia pueda hacer su obra en el alma, es decir, que exista un ambiente de oración, de escucha de la llamada de Dios, de recepción de los sacramentos, de cercanía respetuosa, amable y atenta de los formadores.

La semilla, arrojada por Dios en el alma joven, debe crecer y madurar. Esto requiere tiempo y también espacios de verdadera libertad para hacer una elección adecuada. ¿Es dejar espacio de verdadera libertad al adolescente ofrecerle ambientes que le induzcan al pecado y lo alejen así de Dios? ¿No es el pecado la única verdadera esclavitud? Los espacios de libertad son los que crea la gracia. Estos espacios son los que creamos en nuestros centros vocacionales.

10)  ¿Es la vocación sacerdotal como legionario de Cristo un camino de auténtica felicidad y realización personal?

Sí lo es. Para aquellos a quienes Dios ha llamado a ser legionarios, su vocación sacerdotal es un camino de auténtica felicidad y realización personal.

Dios, que es Amor, y es fiel a sus promesas, es capaz de llenar plenamente el profundo anhelo de amar y ser amado en que consiste la felicidad de todo ser humano.

Cada día se ve más claro, ahondando en la conciencia de los hombres, que estamos hechos para Dios y que fuera de Él es imposible ser felices

Cuando el Santo Padre Juan Pablo II cumplió 50 años de sacerdocio, en el Vaticano se celebró este aniversario con un evento que se llamó: “El amor más grande”.

La vocación sacerdotal es una vocación al amor más grande, un amor que abarca a Dios y a todos los hombres, sin excepción, y que ensancha los límites del corazón humano hasta un confín infinito de generosa entrega.

Cada persona es única y tiene una necesidad diferente ¿cuál es la tuya?

Soy el P. Miguel Segura, LC. director espiritual en España. ¡Hablemos!

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